Si la ley de Jehová no hubiese sido mi delicia en mis momentos de aflicción, si no hubiese meditado en ella y la hubiese abrazado en mis oscuros días, no estaría escribiendo esto el día de hoy. Sólo puedo decir que Jehová me ha sustentado cuando nadie lo ha hecho, sólo puedo reconocer que Su conocimiento me ha hecho fuerte cuando yo era débil, que Su Ley me ha hecho inteligente y sabia cuando antes era insensata. Verdaderamente hubiera muerto sino creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. (Salmos 27:13) Y es eso, el poder y la fuerza del Señor lo que me ha mantenido hasta hoy, y no es cosa de mentalidades, filosofías, palabras, sino de verdadero poder de Dios, porque nadie hay que pueda hacer las obras como las que hace Dios, y ni aún si tuviéramos un optimismo genial y actitud positiva podríamos vencer las adversidades que vienen a nuestra vida sino tenemos a Jesús en nuestro corazón y si no tenemos Su Palabra cimentada en nuestros corazones. No sabría qué hacer si no conociera a Dios, no sabría a dónde ir, ni qué hacer, el motivo de mi existencia dejaría de ser y no tendría sentido nada de lo que hiciese, porque nadie me amó jamás igual como lo hizo Él y por nadie he gemido con tal fuerza por necesitarlo para respirar sino a Él. Y lo conozco por la Palabra que Él nos ha dejado, y aunque hubo momentos en que no comprendía Sus Palabras, el cómo poder decir que tengamos paz en medio de la aflicción,(porque Él nos da la paz aunque no como el mundo la da), o tales como que aunque pasemos por el fuego y las aguas, no nos quemaremos o ahogaremos, o cuando dice que si creyéremos, se moverán las montañas, Él nos enseña y hace entender cuál es el sentido real del mensaje, cuál es el propósito y qué significa, y entonces comprendemos la profundidad de Sus pensamientos y de Su consejo por medio de Su Palabra, entonces conocemos un poquito más a ese Dios infinito con nuestra mente finita y llena de argumentos. Pero cuando hemos vencido eso, y hemos sentido al Dios vivo en nuestro hogar, en nuestro trabajo y circunstancias, no podemos negar la realidad de Su Presencia y que ÉL verdaderamente existe y que Su Palabra es fiel y verdadera, tanto… que ha sido el sustento para todos Sus hijos en medio de un mundo cruel, tanto… que en medio de lo contrario, es lo paradójico y maravilloso de Su Palabra, que ÉL cumple. Por eso es nuestra delicia la Palabra del Señor.
Saludos cordiales, bendiciones